martes, 6 de abril de 2010

Comienza la ronda de entrevistas pasadas: El Torta


En los próximos días recopilaré las entrevistas que he realizado en estos últimos años a personalidades del mundo de la cultura. Comenzamos con El Torta, un cantaor genuino como pocos; el más salvaje que haya visto jamás. Cada vez que me acuerdo del último concierto en el que le vi me entra un escalofrío. Fue en el Teatro Villamarta de Jerez, y fue corto, cortísimo, pero muy muy intenso. "Si lo llego a saber no tardo tanto en peinarme", decía la gitana peripuesta que se sentó delante. No lo decía molesta, en absoluto. Había tenido más que suficiente, porque El Torta acababa de poner toda la carne en el asador y nos había tenido en vilo desde el minuto cero pensando que se le iba a romper la voz de un momento a otro. Entre canción y canción, entre fraseo y fraseo, abría su boca enorme y miraba hacia arriba para tomar aire. Sudaba a mares, se tocaba la frente y el cuello inquieto. Como una moto estaba... Hasta que alguien del público le gritó: "¡Juan, quítate la chaqueta!". Él dio un respingo, se la quitó y continuó berreando sin írsele la voz, con la tensión más grande entre sus puños cerrados. Yo pensaba: "La garganta le tiene que sangrar, más no se puede dar... ¡Le va a dar algo!". Pero ya es normal en él, ya. Él arriesga y los demás sentimos vértigo.

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