jueves, 6 de mayo de 2010

Cuestiones varias sobre Alicia y el País de las Maravillas


Hace pocas semanas se estrenó una nueva versión del clásico de Lewis Carroll Alicia en el País de las Maravillas. Tim Burton ha sido el artífice de la misma y tengo que decir que por eso tenía, desde hacía mucho tiempo, las esperanzas puestas en esta nueva cinta. Estaba dispuesta a ponerme las gafas de 3D y a dejarme atrapar como una niña ante el mejor espectáculo del mundo. Pero no. No. Qué va. Abrí la boca en varias ocasiones, unas para bostezar y otras asombrada, consternada, perpleja... por ejemplo por acabar viendo así a Alicia cortando cabezas con una armadura y espada en mano. Toda esa acción... ¡Pero si la historia ya la tenía desde un principio! Qué final más triste... No consigo olvidarlo. Una producción llena de grandes logros, sí, pero ese guión me mató, y puede que fuese porque en mi cabeza ya tenía una imagen inamovible de todo lo que se estaba contando. Puede que esté demasiado aferrada al libro, a la versión animada de Disney o a los dos artículos que escribí hace unos años y que os dejo ahora aquí.

En uno hablo de un libro que cuenta mucho sobre Alice Liddell, la niña que inspiró a Carroll y que a sus noventa y pico años obtuvo un doctorado en Musología (sí, sí, cuando veáis el artículo fliparéis porque veréis que pone "MusEología"... Cosas que pasan: las correcciones ajenas en los diarios bajo el yugo de las prisas en la hora de cierre suelen caer en este tipo de errores ya incorregibles, qué se le va a hacer). Con siete añitos fue toda una musa, seductora y convincente. Y si no, mirad la foto que le hizo Carroll disfrazada de mendiga. No tiene precio. A propósito de esa foto os dejo también el segundo artículo de esta nueva entrada en Lenteja Lunar, esta vez centrado en el matemático de Oxford al que tildaron de pederasta y que consiguió escribir, por capricho de una niña, el cuento probablemente más disparatado y alucinante de la Historia.

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